ENSAYO SOBRE
EDUCACIÓN
La presencia
del maestro en el salón de clases como modelo de valores.
A medida que
transcurre el tiempo la EDUCACIÓN se
mantiene vigente en todos los ámbitos de la vida de las personas, a través de las diferentes etapas del
desarrollo de las mismas. De forma
especial, el Docente; agente de cambio del proceso de enseñanza-aprendizaje,
provoca conductas en los educandos que se verán reflejadas en el comportamiento
de éstos, a posteriori. El aprendizaje significativo se logra por medio de la
actitud, empatía, conocimientos y la técnica usada para impartir la materia en
cuestión.
Las
instituciones educativas tienen un aporte especial en el desempeño efectivo y
afectivo en el trabajo de los
maestros, a medida que proporcionen un lugar
adecuado para trabajar y un clima organizacional idóneo, se pueden lograr los objetivos
deseados, pues éstos (clima y espacio )funcionan como fuentes de
motivación .
A través de
los diferentes autores que he tenido la oportunidad de revisar en mi carrera
como Psicóloga Educativa, aunada a la
experiencia laboral en estos años y con
la observación directa de las escuelas y
maestros que estuvieron cerca de mis hijos y sobrinos, así como de las propias
vivencias, me doy cuenta de la importancia de la presencia de los docentes en el salón de clases, puesto
que no solo se imparte la materia en
cuestión y no es lo único que logra
captar o aprender el alumno, sino que en forma inconsciente, se logra un
aprendizaje significativo por el modelo a seguir que representa para los
educandos el maestro, esto se logra a
través de la empatía que surge entre los alumnos y el maestro, ( en términos
coloquiales- que tan bien me cae el maestro, la técnica que usa para impartir
su materia …) y sobre todo el compartir las experiencias laborales y personales
que refuerzan en gran medida la
enseñanza que se otorga a los alumnos; comunicación lograda en forma directa en
el salón de clases.
En este
trabajo me referiré únicamente a los maestros
como agentes de cambio en las actitudes y aptitudes, formadores de la personalidad del individuo, a través de
la experiencia y de los valores positivos que
transmiten a los estudiantes.
Palabras
clave: estudiantes, maestros, valores, escuela, modelos, aprendizaje
Desde el jardín de niños se recordará a alguna maestra no solo
porque nos enseñó las vocales
sino porque pasó algo especial
,divertido a la vez interesante y
queríamos ser de grandes como ella.
En la escuela
primaria pasó algo parecido con algún maestro o maestra con el que nos llevamos
bien o tal vez la forma que tuvo de enseñarnos matemáticas, o con el de
educación física, o la de español, tenemos el recuerdo con cariño de ese
profesor lo admiramos y reconocemos su trabajo esfuerzo por su materia interesante con su actitud y
cercanía hacia sus alumnos.
Recuerdos se
tienen también de los maestros de la escuela secundaria a la que asistimos y a
esta edad teníamos más oportunidad de platicar y preguntar acerca de
asuntos personales, dudas y consejos que
en ocasiones no se pedían en casa con la familia, de allí que la materia nos
interesara un poco más por la relación más cercana que se tenía con los
profesores, una vez más aprendizajes intrínsecos.
En la preparatoria
muchos Maestros influenciaron nuestra vida
y valores, sin embargo existen los que son determinantes debido a su forma de ser, de hablar, sus conocimientos, seriedad, seguridad, hasta su
estilo al decir alguna broma y la cercanía que tuvo con el grupo, que decir de
la empatía, todo era interesante y sorprendente
y por alguno de ellos elegimos la carrera que posteriormente estudiamos,
queríamos ser como ellos, modelos a
seguir para nosotros, jóvenes estudiantes.
Cuando
se llega a la Universidad todo cambia, el trato con los Maestros es distinto, más cercano, otro nivel, más
impactante y cuando nos comenzaron a decir de su experiencia personal y laboral
surge la necesidad de saber más tanto de la materia como del profesor pues
sabemos que esa parte iba a ser imprescindible para nuestro desarrollo profesional, pasaron muchos
maestros y cada uno dejó su huella latente en nuestra personalidad y de cada uno de ellos tomamos algo
especial de su experiencia laboral, de su forma de ser y de las actitudes que tenían hacia el grupo.
A medida que
se siga estudiando en los diferentes niveles educativos, especialidad, diplomado, maestría o
doctorado, considero que seguirán los maestros influenciando nuestra vida,
sentimientos, conocimientos y lineamientos en el futuro.
Podría mencionar más ejemplos de las personas que están más cercanas a mí, más considero que lo anteriormente dicho
reafirmado por los autores que presento será suficiente para dar veracidad a la
información vertida en el presente ensayo.
La
formación en valores es un tema que ha reclamado la atención de los
especialistas en educación en los últimos años. Ante un deterioro generalizado
de múltiples comportamientos que se observan a todos los niveles de la sociedad:
se ha cuestionado hasta dónde
corresponde a la escuela y a los proyectos curriculares impulsar con mayor
fuerza la formación en valores.
En este ensayo se examina cómo se ha abordado
esta temática en el pensamiento histórico de la didáctica; al mismo tiempo se
analiza cómo la formación en valores más que responder a un tema cognitivo, se
encuentra vinculado a la dinámica de los afectos y no sólo requiere del
conocimiento racional de los principios y normas, sino que se necesita fincar
en las actitudes.
La
formación en valores constituye uno de los temas que ha llamado la atención en
las últimas décadas en el debate educativo. Esto es el resultado de la toma de
conciencia por parte de la sociedad y de los mismos responsables de la política
educativa de una crisis de valores en el seno de la sociedad. La
transmisión tradicional de valores de la generación adulta a la joven,
reconocida por Durkheim1 y que la “escuela podía relativamente armonizar dentro
de sus muros” (1976, p. 98)
La formación
en valores en el salón de clase es tan importante cuanto a la de los demás contenidos.
Sin embargo a diferencia de estos, presenta una problemática particular y
distinta toda vez que se realiza no solamente de manera explícita sino también
implícita a través del curriculum oculto,moral, etica y valores y de las
historias de vida que ponen en juego
maestros y alumnos en su interacción cotidiana.
El concepto de educación que caracteriza al sistema
escolar en las sociedades modernas engloba igualmente la transmisión de
conocimientos y la formación de hábitos, habilidades y valores. Hablar del
proceso de enseñanza-aprendizaje de los valores en general y de los valores
morales en particular en el sistema formal debería ser, por lo tanto, una
actividad que merecería el mismo tratamiento que los demás contenidos, en lo
que se refiere a sus perspectivas teóricas, a su conceptualización y sus
consecuencias prácticas.
En primer lugar, es necesario llamar
la atención para los posibles sentidos y usos que son dados a los términos
ética y moral ya que es frecuente encontrarlos como sinónimos1.
Para algunos autores como Foucault2,
la ética supone la moral en la medida en que el sentido de la relación consigo
mismo tiene como fin para el sujeto ético contribuir a la armonía social. También Savater,3
aunque diferencia a ambas, utiliza el término ética englobando la moral. Sin
embargo, según el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, en el sentido estrictamente
moderno, se refieren a realidades distintas: «la ética es el estudio filosófico
de la moral y ésta es el conjunto de normas, aceptadas libre y conscientemente,
que regulan la conducta individual y social de los hombres.
Desde
esta perspectiva consideramos como valor aquellas cualidades o características
de las cosas, de las acciones, de los procesos, de los sentimientos o de las
ideas atribuidas y preferidas, seleccionadas o elegidas de manera libre,
consciente o no,11
por el individuo o por los grupos sociales y que sirven para orientar sus
decisiones, comportamientos, acciones y sentimientos en la
satisfacción de determinadas necesidades,12
con miras a garantizar su reproducción.
Por lo mismo, cualesquiera que sean los contenidos de
los valores que transmite la escuela se derivan y están íntimamente
relacionados con los ideales o con las significaciones imaginarias que cada
grupo o sociedad elabora históricamente, tanto de sí misma y de sus integrantes,
como de lo que espera de ambos con miras a garantizar, a partir de su
reproducción, un futuro común. En consecuencia los valores
que forma la escuela no son neutros, ya que en una sociedad atravesada por las
contradicciones de clase los fines, principios y métodos definidos para la
educación, tienen matices ideológicos y son también expresión de las disputas
entre los intereses políticos de los distintos sectores sociales.13
Por último, en
términos operativos es necesario considerar que los valores que se forman en el
ámbito escolar se refieren a las múltiples esferas de la conciencia como son:
la del conocimiento, la instrumental,15
la esfera de lo personal, la de la convivencia social
privada, la esfera de convivencia social pública y la esfera de lo político,16
y que se expresan y pueden ser racionalmente verificadas y controladas a través
de las motivaciones y de las actitudes interactivas de los alumnos. El concepto
de educación manejado en esta experiencia
es: ―(…) proceso mediante el cual
se pretenden desarrollar todas las potencialidades del individuo para aprender
a vivir en armonía, primero consigo mismo, después con los demás y luego con la
naturaleza. (Beristain H. J., 2004: 22).
Referencias bibliogáficas:
© Universidad
de la Sabana
© María
Adela Tamés García
ISBN: 958-12-0108-4
Primera edición: Bogotá
1991
La educación en valores Avatares del currículum formal,
oculto y los temas transversales
Autores: Angel Díaz
BarrigaLocalización: REDIE: Revista
Electrónica de Investigación Educativa, ISSN-e 1607-4041, Vol.
8, Nº. 1, 2006
Los valores y la moral en la escuela*
Guadalupe Teresinha Bertussi**
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El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando
inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el
más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay
posibilidad de salir.